El joven rico (Brotes de olivo)

Un joven fue y le dijo con muy sincera intención:
"Por vivir la vida eterna, dime tú qué he de hacer yo".

Díjole al punto Jesús: "Uno sólo es la Verdad,
si quieres ganar su vida, sus mandatos guardarás".

"Desde pequeño guardé lo que manda el Señor,
yo creo que hay más, por favor, tú dímelo".

Manifestóle Jesús: "Si tú buscas perfección,
ve y vende lo que es tuyo y a los pobres dáselo.

En el cielo guardarás un tesoro para ti.
Ven a mí, si tú lo haces, estaré aguardando aquí".

Inclinando la cabeza el muchacho entristeció;
muchos bienes él tenía, dejarlos no se atrevió.

Abrió los labios Jesús y muy serio sentenció:
"No es fácil que entre un rico en el Reino del Señor.

Por el ojo de una aguja podrá un camello pasar,
antes que un rico se salve". ¿Quién, pues, se podrá salvar?

Les miró fijo Jesús, para después exclamar:
"Lo que el hombre no consigue con Dios lo conseguirá".